El verano es una de las estaciones más agradables para disfrutar de un buen vino: las temperaturas invitan a encuentros al aire libre, comidas frescas, barbacoas y noches interminables.

Sin embargo, con el calor también llegan ciertos errores frecuentes que pueden arruinar la experiencia, desde servir el vino demasiado frío o caliente, hasta elegir el tipo equivocado para la ocasión. En este artículo, desde Vinos Marqués de Villalba te contamos los fallos más habituales al servir vino en verano y cómo puedes evitarlos para que cada copa sea inolvidable.

1. Servir el vino demasiado frío (o demasiado caliente)

Uno de los errores más comunes en verano es confiar demasiado en el frigorífico o en el congelador. Aunque es cierto que un vino blanco o rosado debe servirse fresco, si está excesivamente frío perderá sus aromas y matices. Por el contrario, los vinos tintos servidos a temperatura ambiente pueden estar demasiado calientes si han permanecido en un espacio a 30ºC.

Temperaturas recomendadas:

  • Blancos jóvenes: 6-8ºC
  • Rosados: 8-10ºC
  • Tintos ligeros: 12-14ºC
  • Tintos crianza: 16-18ºC

Consejo: Si tienes prisa, enfría la botella en una cubitera con agua, hielo y un puñado de sal. Es mucho más eficaz que el congelador y no hay riesgo de que se estropee.

2. Usar copas inadecuadas

El verano invita a la improvisación: vasos de plástico en la piscina, copas gruesas para que no se rompan… pero el recipiente también influye en la experiencia. Una copa muy gruesa puede calentar el vino rápidamente, mientras que una demasiado pequeña no permite que los aromas se abran.

Recomendación: Utiliza copas de cristal fino, de tamaño medio para blancos y rosados, y algo más grandes para tintos. Si estás al aire libre, existen copas de policarbonato o tritán, resistentes y ligeras, que mantienen la forma y propiedades de una copa tradicional.

3. No conservar el vino durante la comida

Aunque lo hayas servido a la temperatura adecuada, en verano el calor hace que el vino se caliente en pocos minutos, sobre todo si comes al sol. Dejar la botella sobre la mesa sin protección es un error frecuente.

Solución: Usa fundas térmicas o cubiteras para mantener el vino frío. Y si estás en el campo o la playa, puedes envolver la botella en un paño húmedo y dejarla a la sombra. Lo ideal es conservar la botella a unos 10-12ºC durante toda la comida.

4. Elegir vinos demasiado pesados

El calor del verano no suele ser compatible con vinos muy potentes, tánicos o alcohólicos. Aunque un buen crianza o reserva tiene su momento, puede resultar excesivo en una comida al aire libre o una tarde de terraza.

Alternativa: Opta por vinos ligeros, frescos, afrutados. Un blanco jóven, un rosado seco o un tinto suave son perfectos. En Marqués de Villalba te recomendamos nuestro rosado o nuestro blanco joven con notas cítricas, ideales para verano.

5. Dejar que el vino se oxide

El verano también implica más comidas largas, sobremesas o cenas que se alargan hasta la noche. Un error habitual es dejar la botella abierta durante horas, expuesta al aire y al calor. Resultado: oxidación y pérdida de sabor.

Consejo: Si no vas a terminar la botella, guárdala en la nevera con su corcho o usa un tapón al vacío. El vino se conservará mejor y podrás disfrutarlo al día siguiente sin sorpresas desagradables.

6. No maridar bien con los platos de verano

Muchas veces, servimos el vino sin pensar en lo que vamos a comer. En verano, los menús cambian: más ensaladas, pescados fríos, mariscos, verduras a la parrilla… y también cambia el tipo de vino que mejor acompaña.

Algunas combinaciones recomendadas:

  • Ensaladas con frutas: rosado o blanco con acidez
  • Gazpacho y salmorejo: vino blanco
  • Pescados a la brasa: blanco con cuerpo
  • Mariscos: blanco o rosado
  • Carnes a la barbacoa: tinto joven con paso ligero

7. Beber demasiado rápido (y no hidratarse)

El vino entra bien en verano, sobre todo cuando está frío. Pero el calor y el alcohol pueden jugar una mala pasada. Otro error común es beber más rápido de lo habitual, sin acompañarlo con suficiente agua.

Recordatorio importante: Alterna cada copa de vino con un vaso de agua. Disfrutar del vino no está reñido con cuidarse, y tu cuerpo te lo agradecerá.

8. Pensar que el vino tinto no es para el verano

Mucha gente descarta el vino tinto en los meses de calor, pero eso no tiene por qué ser así. Simplemente, hay que saber elegir el tipo adecuado y servirlo a la temperatura correcta.

Tip: Los tintos jóvenes, sin crianza, se pueden servir ligeramente frescos (12-14ºC). Son una opción excelente para carnes a la parrilla o platos de pasta con salsas ligeras.

9. Ignorar el contexto

No es lo mismo un almuerzo en el campo que una cena en la ciudad o una comida frente al mar. El entorno, el tipo de comida, la compañía e incluso la hora del día influyen en la elección del vino.

Consejo de experto: Adapta el vino al momento. Un rosado semidulce puede ser ideal para un brunch veraniego. Un rosado combina perfectamente con una paella. Y un blanco seco realza los sabores de un ceviche frente al mar.

Conclusión

Disfrutar del vino en verano puede ser una experiencia maravillosa si se evitan ciertos errores comunes. Desde Marqués de Villalba te animamos a experimentar, a probar nuevas combinaciones y, sobre todo, a cuidar cada detalle: la temperatura, la copa, el maridaje y el momento.

Recuerda que el vino no es solo bebida, es cultura, es paisaje, es tiempo compartido. Y en verano, todo eso sabe incluso mejor.

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