¿Hay algo más seductor que el encanto de una copa de vino? A lo largo de la historia, el vino se ha disfrutado y venerado por todas las civilizaciones y sociedades. Pero, más allá de por su innegable factor gastronómico y cultural, se ha hecho también por una cuestión de salud.

Y es que, además de deleitar nuestros sentidos, el vino también tiene aportes beneficios para nuestra salud y nuestro organismo. Hoy vamos a explorar algunos de esos aspectos positivos del consumo moderado de vino.

Composición del vino

Un factor clave es la rica composición del vino. Está repleto de compuestos químicos muy beneficiosos para el organismo, entre los que destacan los polifenoles. Esta sustancia está presente en otros productos que consumimos a diario y que también son positivos para nosotros como el Aceite de Oliva Virgen Extra.

De entre todos los polifenoles, destaca el resveratrol, un compuesto responsable de la mayoría de beneficios para la salud que se atribuyen al consumo moderado de vino.

Resveratrol: el secreto de la longevidad

El resveratrol es un polifenol que está en la piel de la uva. Diferentes estudios han demostrado su potencial para combatir enfermedades y favorecer una vida más larga y saludable en seres humanos.

Más allá de eso, también estudios que lo relacionan con protección del corazón, mejora del metabolismo de la glucosa y reducción del riesgo de sufrir determinados tipos de cáncer.

Resveratrol, vino y salud

El resveratrol también tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Las primeras son moléculas que protegen a las células humanas del daño provocado por otras moléculas inestables que aceleran el envejecimiento.

En lo referente a la inflamación, se trata de un factor común en muchas enfermedades crónicas que puede reducirse con el beneficio que aporta el resveratrol.

Un brindis por el corazón

La mayoría de estudios sobre los beneficios del vino en la salud se centran el los aspectos cardiovasculares. Con moderación, el vino ayuda a proteger el corazón y los vasos sanguíneos.

Los polifenoles del vino reducen la presión de las arterias y el colesterol LDL (conocido como colesterol malo) al mismo tiempo que aumentan el colesterol HDL (el bueno).

La revista ‘Circulations Research’ mostró un estudio que demostraba cómo «el resveratrol ayuda a proteger el endotelio, una delicada capa de células que reviste los vasos sanguíneos, lo que mejora la circulación y reduce el riesgo de coágulos y bloqueos».

Vino y diabetes

Existen también múltiples investigaciones que sugieren que el consumo moderado de vino es beneficioso para personas con diabetes del tipo 2. Uno de esos estudios lo publicó la revista ‘Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases‘, aseverando una mejoría en la sensibilidad a la insulina.

En cualquier caso, es conveniente siempre que las personas con diabetes consulten con su médico antes de incluir el vino en su dieta.

Un apoyo a la salud cerebral

La revista ‘Scientific Reports‘ mostró cómo el resveratrol puede ayudar a retrasar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento debido a los efectos antioxidantes y antiinflamatorios del vino.

Traducido a un lenguaje coloquial, demostraba que el consumo de vino tenía beneficios para la salud del cerebro.

Una copa de salud

En conclusión, el vino es un complemento placentero y saludable para una dieta equilibrada y un estilo de vida activo. Recuerda que, en tu próximo brindis, no solo estarás celebrando un momento inolvidable sino cuidando de tu salud.

Compartir en su red Social favorita!

Categorías